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Joyas, amuletos y otros adornos para bebés, ¿son peligrosos?

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Fecha de publicación: 30-03-2024

En muchas partes del mundo, y también en nuestra cultura, se siguen usando rituales y amuletos para proteger a los recién nacidos o para darles suerte. Muchos de estos objetos son una pulsera o una medallita que se ata a la muñeca o al pie del bebé. También es común regalar joyas o poner pendientes a los bebés en sus primeras semanas de vida. De igual modo, hay muchos otros “adornos” o accesorios que solemos usar, y que pueden suponer un riesgo en los niños pequeños. Es habitual que las familias no se den cuenta del riesgo, pero pueden causar accidentes muy graves.

Vamos a hablar de algunos de ellos.

  • Collares, cadenas y pulseras

Las cadenas largas pueden engancharse en cualquier sitio y apretarse alrededor del cuello 

Estas pulseras rojas se usan en muchas culturas para proteger al bebé

Estos son amuletos o adornos muy usados y una causa habitual de accidentes que podemos evitar.

El riesgo principal del uso de collares y pulseras es el atragantamiento. Los bebés se relacionan con su entorno a través de la succión, por lo que la pulsera o el collar (o una pieza de estos) pueden romperse y acabar en la boca o en la vía respiratoria del niño, ¡pudiendo ahogarse!

También hay peligro de estrangulación si la cadena o el collar se aprietan alrededor del cuello (el bebé puede tirar de él o engancharse en algún sitio). En el caso de las pulseras también se ven lesiones graves, porque se aprietan sin querer y se clavan en la piel.

Además, acumulan suciedad y muchas bacterias, ya que nunca se limpian bien. Se ha visto que estas pulseras suelen estar contaminadas por múltiples microbios, sobre todo las de caucho o plástico. Los niños pequeños tienden a ponerse todo en la boca, ¡así que toda esta suciedad acaba en su boca!

Por lo tanto, debemos vigilar mucho cualquier tipo de pulsera, cadena, colgante o anillo. Es mejor que no los lleven puestos, ya que pueden provocar accidentes graves. Podemos guardarlos en una caja de recuerdos o “pequeños tesoros” para cuando sea más mayor.

  • Joyas y pendientes

En nuestro entorno es tradición poner pendientes a las niñas muy temprano, incluso los primeros días de vida. Hay que vigilar el tipo de pendientes que les ponemos, ya que si son con tuerca de rosca pueden clavarse en la piel y causar heridas (con el peligro de infectarse). Los pendientes largos o aros tampoco son seguros por el riesgo de que se rompan y se los traguen, o se enganchen en algún sitio.

Otro problema con la joyería infantil son los materiales, porque a veces llevan una mezcla de metales que es difícil conocer. De hecho, algunos materiales como el plomo o el cadmio están prohibidos.

Si, aun así, decidimos ponerlos, hay que escoger unos que sean aptos para su edad, tanto por forma como por materiales usados, y comprarlos en tiendas especializadas.

  • Chupeteros 

Chupeterps con cadenas largas formadas por cuentas de colore

Suelen consistir en una cadena más o menos larga con una pinza que se engancha a la ropa del bebé. Muchos están formados por cuentas de colores, con el riesgo de que puedan romperse y que el bebé se atragante con una de ellas. Por otro lado, y como ya hemos dicho, debemos ser cautos, y revisar el material del que están hechos, ya que tanto la parte de metal de la pinza, como las pinturas o textiles, pueden ser tóxicos si los chupan.

Así que, en cualquier caso, poner chupetero no es recomendable, ya que el hecho de tener el chupete más a mano, va a hacer que lo usen más. A la larga, usarlo mucho, puede deformar el paladar y la mordida, ¡así que cuanto menos se usen, mejor!

  • Adornos para el pelo

Las cintas o diademas para el pelo se suelen usar mucho. Debemos pensar que, aunque nos parezcan bonitas, las diademas pueden resultar incómodas, porque pesan y algunas se clavan. La cabeza es una de las zonas más sensibles, y más en los recién nacidos, por lo que cualquier costura o clip puede provocar molestias y dolor, además de pérdida de pelo en esa zona por la fricción.

  • Collares de ámbar

Los famosos collares de ámbar para aliviar la dentición

Hay otro texto en la web que habla sobre los riesgos de estos collares, que podéis consultar en un enlace al final.

En resumen, debemos valorar muy bien el uso de pulseras, cadenas, joyas u otros accesorios en los niños pequeños. Pueden ser un riesgo para ellos y provocar accidentes muy graves. En el caso que los usemos hay que tener en cuenta algunas cosas:

  • El principal riesgo de los collares, cintas o pulseras es el estrangulamiento: pueden engancharse en cualquier sitio y ahogarles.
  • Debemos evitar los que tengan partes que se puedan desprender (o formados por cuentas), que pueden ser motivo de asfixia.
  • Mejor no usar chupetes con cordones o clips.
  • En los accesorios de la ropa o el pelo, es mejor elegir los que pesen poco y se adapten bien (sin costuras ni zonas que puedan clavarse).
  • Su fabricación debe ajustarse a las normas de seguridad europeas. No deben comprase en comercios que no ofrezcan garantías.

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Fecha de publicación: 30-03-2024
Autor/es:
  • María Valls Ingla. Pediatra. Centro de Atención Primaria Sant Miquel (Equip d'Atenció Pediàtrica Territorial de Granollers) Barcelona