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Andadores

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Fecha de publicación: 9-11-2012

Según la Real Academia de la Lengua, el andador es un utensilio que sirve para enseñar a andar a los niños. Se usa desde la antigüedad. Aparece en obras de arte de los siglos XIV y XV, como en “El libro de horas”, de Catalina de Cleves, y el propio Felipe IV fue retratado por Juan Pantoja de la Cruz en uno.

Su diseño se ha mantenido hasta nuestros días. La estructura era de madera con un asiento, un aro superior y varias ruedas en su base. Así, el niño, con los pies en el suelo, se podía mover.

Aunque el andador se sigue utilizando hoy en día, la conveniencia del mismo lleva mucho tiempo en entredicho.

¿Mejora el desarrollo del niño?

Se dice que puede existir un avance en el aprendizaje tras tres semanas de uso. Sin embargo, estudios recientes señalan a largo plazo potenciales repercusiones negativas para la maduración del niño. Al andar con este aparato, le es más difícil encontrar su punto de equilibrio y ver sus propios pies. Además, entorpece el balanceo de los brazos al caminar, lo cual es indispensable para la coordinación de la marcha.

Por otra parte, el andador le impide agarrar los objetos que ve a su alrededor, restringiendo así la exploración y manipulación del entorno, habilidades que son claves en su desarrollo psicomotor.

¿Es peligroso?

Pero lo más importante son las conclusiones de estudios sobre andadores en el contexto de las urgencias. El Programa de Prevención y Reporte de Lesiones de los Hospitales de Canadá (CHIRPP), que analiza datos de 16 centros sanitarios, recopila un total de 1935 lesiones por el uso de andadores, entre abril de 1990 y abril de 2002. Resultados similares se vieron en el Hospital de Toulouse entre 2003 y 2006. En ellos, el 75% de los accidentes con andadores fueron por caídas por las escaleras, siendo la cabeza lo más afectado.

Todo ello ha llevado a la adopción de medidas de precaución. En Canadá, los andadores fueron retirados del mercado en el año 2004. En la Unión Europea, en el 2005, una normativa de seguridad regula el diseño de estos aparatos, limitando su velocidad y así reduciendo su peligrosidad. Y los expertos se muestran tajantes: tanto a efectos de su futuro desarrollo psicomotor como de su integridad física, el suelo de una habitación adecuada y libre de peligros es un medio más seguro para el bebé que el andador.

Conclusiones

Por todo lo dicho, concluimos que el uso del andador compromete el proceso de maduración del niño y puede ser motivo de accidentes, algunos de gravedad, lo que hace desaconsejable su uso. Si su hijo está usando un andador, extreme las precauciones para la prevención de estos sucesos. Tenga en cuenta que la presencia de barreras físicas o de señalizaciones no es una medida eficaz de prevención. Tampoco la supervisión de un adulto ha sido efectiva. La gran movilidad que el andador da al bebé, hace difícil que se pueda estar pendiente de él siempre o acudir en su auxilio mientras ocurre el accidente. Los estudios demuestran que la mayoría de estos accidentes tienen lugar en presencia de un adulto. 

Más información:

  • RECURSOS Familia y Salud: Escucha el vídeo: Andador

Imagen: 1607. Oil on canvas. König Philipp IV von Spanien (1605-1665) in geistlichem Gewand und seiner Schwester Infantin Anna (1601-1666), Bildnis in ganzer Figur. Kunsthistorisches Museum. Vienna, Austria

Fecha de publicación: 9-11-2012
Última fecha de actualización: 30-06-2023
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