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Padres y pediatras
al cuidado de la infancia y la adolescencia

Vacunas y fármacos: interacciones

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Fecha de publicación: 13-11-2013

En este documento nos preguntamos si la administración de vacunas en niños sanos puede afectarse por el uso de fármacos. Aunque hay que tener en cuenta que, a veces, las medicinas se usan en enfermedades concretas que, por sí mismas, pueden suponer una excepción a la aplicación del calendario vacunal.

Analgésicos: Paracetamol, Ibuprofeno, Aspirina

- A veces los padres dan paracetamol a los niños después de la vacunación para prevenir la fiebre, incluso lo recomiendan algunos pediatras. Sin embargo, debemos recomendar no dar paracetamol, y en general cualquier antipirético, de forma “preventiva” después de una vacunación. Esto reduce la respuesta inmune del organismo y con ello la efectividad de la vacuna. Solo podría indicarse a niños con convulsiones o con una historia previa de convulsiones febriles.

- Hay niños que toman salicilatos (aspirina) de forma crónica (por enfermedades como: la artritis reumatoide, artropatías crónicas, enfermedad de Kawasaki o colagenosis). En estos casos, para poder vacunar de varicela tendrán que evitar el uso de aspirina en las 6 semanas que siguen a la vacunación.

Antibióticos

- En general, el tratamiento antibiótico no impide vacunarse. Sólo hay que tener en cuenta que la enfermedad infecciosa causante no aconseje retrasarla o la contraindique.

- Hay antibióticos como la neomicina, la estreptomicina y las polimixinas que forman parte de los componentes de algunas vacunas. Por ello, los casos que hayan tenido reacciones alérgicas graves (anafilaxia) a éstos antibióticos son una verdadera contraindicación.

- Se ha podido demostrar que los antibióticos del tipo sulfamidas y los medicamentos antipalúdicos pueden interferir con la vacuna antitifoidea oral, una vacuna que solo se suele poner en viajes a algunos países. El intervalo mínimo entre la administración de la última dosis de antibiótico y la vacuna debe ser de, al menos, 3 días. 

Antivirales

Los antivirales tópicos o sistémicos (orales), del tipo de aciclovir, no interfieren con la respuesta inmune ni con la eficacia de las vacunas. Por tanto, pueden administrarse simultáneamente, salvo en 2 casos:

- El aciclovir oral puede interferir con la vacuna de la varicela. Por ello, debe dejar de administrarse 24 horas antes de esta vacunación.

- Y la vacuna nasal de la gripe. Que no debe administrarse en las 48 horas previas ni en las 2 semanas posteriores a la utilización de fármacos antivirales (oseltamivir, zanamivir, amantadina).

Inmunomoduladores tópicos

La pomada de tacrolimus y la crema de pimecrolimus se usan en el tratamiento de niños con dermatitis atópica. Pueden hacer que las vacunas sean menos efectivas.

Teniendo en cuenta su grado mínimo de absorción, es improbable que se produzca una interacción con las vacunas, aunque existen escasos estudios al respecto. Es aconsejable, sobre todo para las vacunas de virus atenuados, administrarlas durante los intervalos libres de tratamiento. En tratamientos extensos con tacrolimus, tras su interrupción se aconseja respetar un intervalo de 2 semanas para la administración de vacunas inactivadas y de 4 para las vivas atenuadas (triple vírica, varicela).

Antiepilépticos

La vacuna antigripal puede aumentar, disminuir, o no modificar las concentraciones en la sangre de la fenitoína, un fármaco antiepiléptico. El significado clínico de estas interacciones es poco importante. Por el contrario, la eficacia de la vacuna no se ve alterada por la toma de éste fármaco.

Inmunoterapia específica

Son las “vacunas para la alergia” para niños con rinitis, conjuntivitis o asma.

No se han descrito interacciones con las vacunas, por lo que no hay inconveniente para administrarlas simultáneamente.

Algunos autores proponen espaciar ambos tipos de tratamiento para identificar mejor las reacciones que sean debidas a la inmunoterapia. En cualquier caso no hay pruebas suficientes para aconsejarlo y si hay estudios que muestran que el retraso es innecesario

Tratamientos inmunosupresores

Algunas enfermedades hacen necesario el tratamiento con corticoides orales mucho tiempo o a altas dosis, con agentes quimioterápicos, o con radioterapia.

En estos casos, la respuesta a las vacunas viene condicionada por: el tipo de vacuna, el grado de inmunosupresión y la propia enfermedad. En estas situaciones, será el pediatra quien deba orientarle sobre cuando administrar las vacunas.

Inmunoglobulinas y derivados hemáticos

Es importante establecer un periodo de tiempo suficiente para que no interfieran con la efectividad de la vacuna triple vírica y de la varicela. Por ello, dejar un intervalo de al menos 2 semanas entre la administración de las vacunas y la posterior de inmunoglobulinas. En estas situaciones, el pediatra le indicará las pautas adecuadas a cada caso.

Si se han administrado inmunoglobulinas y hay que vacunar posteriormente con vacunas vivas atenuadas (varicela o la triple vírica) se deben dejar pasar de 3 a 11 meses tras la administración de inmunoglobulinas, dependiendo del tipo, dosis y vía.

En el caso de derivados hemáticos, se deben dejar pasar de 5 a 7 meses tras su administración para poder vacunar, excepto para hematíes lavados.

Tratamientos anticoagulantes

Los niños hemofílicos o con otras alteraciones hemorrágicas congénitas y los tratados con agentes antitrombóticos deben ser vacunados igual que el resto de la población sana de acuerdo con el calendario de vacunaciones sistémicas.

Sólo hay que tener en cuenta que si las pruebas de coagulación y las plaquetas están alteradas se usará la vía subcutánea en vez de la intramuscular.

¿Dónde puedo encontrar más información?

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Fecha de publicación: 13-11-2013
Última fecha de actualización: 17-08-2018
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